miércoles, 11 de febrero de 2015

6 AM

Sí, viajé más de una hora de ACity a su sector, una playa media cuica pero tranquila, sin flaytes ni borrachos.  Todo apacible.
Lo esperé, dejé de escuchar música del CD que llevaba y puse radio, la de la UTFSM, una radio que toca música filarmónica de distintos compositores clásicos.

Al subir al auto no te que el Leo era tal cual en la fotos, usaba un gorro de lana que no dejaba ver su sexy pelada, unos lentes tipo hipster que de hipster no tienen nada según me explicó el y de donde provenía esa palabra lesa que muchos usan sin saber nada.
Andaba con jeans cortos, una camisa de leñador y abajo una polera blanca.  Zapatillas azules de tela.

La erección que tuve fue inmediata, se lo hice notar:
-Leo, esta erección es tuya.

No fuimos por ahí hablando de todo, de libros, de filósofos, de los travestis que juegan un rol extraño en una sociedad llena de machismo, donde la mujer sólo es la que reproduce un sistema machista.  Muchas cosas, hablaba con sapiensa pero sin dar cátedra, era humilde.

Nos fuimos a un mirador y ahí simplemente nos hicimos mierda a pajas, a besarnos la piel, lo toqué como si fuera el último hombre sobre el planeta.

No estoy disponible como hombre.  Esta vez la frase no fue lapidaria, lo tenía adorando mi pene grueso, pero el trasfondo era, mi cuerpo puede ser tuyo, tu cuerpo puede ser mío, solamente nuestros cuerpos, nada más allá de eso.

Y si me pasa, es difícil no admirar a alguien inteligente que además no es un CMS despectivo...  Fue mío, fui de él.

Habló de muchas cosas, su voz de macho Santiaguino del sector oriente, su fluidez, era lo que más me calentaba.

Era como un gato, se dejaba querer, se dejaba tocar, era mi gato por ese rato, mi gato de 7 horas, hasta que nos dieron las 6 de la mañana y tuve que irme de regreso a ACity.  A volver a mi realidad de gordo infeccioso portador de la Hepatitis B crónica.  Un wn cachero e irresponsable lleno de angustias.

A diferencia de otros pelados de mirada calentona y sonrisa chueca, este sabe como hacer complacer a alguien sin hacerlo sentir mierda.  El sabor y suavidad de su piel, sus caricias, su encanto.  No es solo un culo gordo o un pico de 20cm, es un hombre.  No un watón perdedor lleno de mierda en la cabeza.

Por 7 horas fui el sujeto del deseo de alguien espectacular, inteligente, guapo a cagarse, y Yo fui el causante de su enorme erección, nadie más que Yo.

Pero todo terminó a las 6 de la mañana.  Como un sueño que acaba al amanecer...  Menos mal que no fue un sueño.



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Juanito Fulanito. 

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