miércoles, 10 de agosto de 2022

Coronado

 Y después de todo ese cuidado terminé coronado.

Han pasado años desde la última vez que escribí, y los cambios han sido brutales.

Digamos que tengo un trabajo estable, vivo solo, tengo algunos amigos pocos.  Socialmente más desenvuelto a diferencia de años anteriores.

El problema de siempre, mi control de peso, aún en 120 kilos con 1,82m de alto.

Dejé de usar el pelo corto y ahora llevo una cabellera frondosa y barba de dos semanas.  Radical.

Sigo viviendo en esa ciudad tóxica, pero a diferencia de años atrás yo elijo como la vivo, al final del día no es tan cruenta a pesar de los balazos, encerronas y prostitutos de medio pelo de las redes colas.

Ahora voy a la disco sin culpas, bailo sin culpa, tiro sin culpa.  Tiro con miedo, si me coroné hace unas semanas con el COVID-19 (y por cierto asintomático, nada de nada de síntomas), hoy mi temor es la puta viruela del mono, una viruela cola, con olor a popper y cocaína.  O quizás es sólo una coincidencia.

En unos meses más cumpliré 39, y siento que debo hacer algo importante antes de llegar a los 40, no sé qué mierda es, pero algo me dice que debo hacer algo trascendente, bueno, espero en estos meses dilucidarlo.

Vivir en estos tiempos revueltos es complicado.  Pero sigo en eso, y no me va mal.