lunes, 11 de junio de 2018

Púdrete Elliot!!!

Es que después de ver esa película con ese actor hecho a mano me puse a pensar weás, más aún después que esa misma noche soñé que alguien me quería.

Y si las Larraín no hubieran sido las directoras, si Marina hubiera sido otra trabestia, si en vez de pelear por el auto barato y el depa con pinta de hogar de los 70 se agarran de las mechas por una casa de población y un Lada de 92. ¿La mujer fantástica hubiera ganado el Oscarito? No.  ¿Por qué?, por que la pobreza y fealdad no vende.

Según yo y sin ninguna base o estudio científico, la fealdad sólo vende cuando está ligada a la tragedia o el dolor, de eso es cosa de ver Preciuos.  Pero en este caso creo que de no haber sido por las Larraín, la Danielo Vega o el séquito de actores reptidos de la teleseries basura nacionales como el pelao hueco que falta que salga en los paquetes de condones, esa cosa no gana un Oscar.  Insisto, y si hubiera sido una trabestia de las comunes que andan por ahí, no esta con cara de cuica, si hubiera sido de esas a las cuales se les nota la enorme manzana de adán, los brazos formados y la falta de caderas, otro gallo habría cantado.

Respecto de los maricones, el otro día vi una película de nesflix llamada Alex Strangelove o algo así, su protagonista el típico gringo lindo con labios carnudos siente atracción por otro cola rico llamado Elliot, ricos los dos weones.  Y como no odiar la trama si hasta la polola del weón se lo entrega en bandeja de plata para que vaya a vivir la vida cola.

Ok, obviamente a personas con 60% de adn araucanae chilensis no le pasan esas cosas y nunca le van a pasar, que un dios romano se te acerque de pura buena onda a querer algo contigo, no perrines, eso no pasa a menos claro que sea un venezolano que halla visto tu enorme bulto, y por bulto me refiero a la billetera y la redcompra platinum.

Ese mismo día soñé obviamente con algo relacionado, algunos de los personajes estaban en el sueño, pero de los secundarios, ninguno de los dos gringos ricos.  En el sueño iba camino a tomar el tren en una estación de una ciudad que no conozco, ahí al llegar a la esquina antes de entrar a la estación, en un bar, en las mesas que están en la vereda protegidas por toldos de una cerveza equis, ahí estaba mi Elliot, no el de la peli, sino otro tipo alto, blanco, rubio, como de comercial de racista de falabella.  La cosa es que no recuerdo bien pero el me habló o yo le hablé (creo que debe ser la segunda porque nunca nadie me habla) y terminamos recorriendo las calles mezcla de San Pablo, Santiago y Buenos Aires.  Después de eso besos, charlas y por último un adiós eterno (obvio, si ni en sueños me como al musculoso o al gringo rico).

Y así desperté con la angustia de haber perdido algo que nunca existió, luego me levanté y me tomé 150 gr de venlafaxina y volví a ser feliz químicamente un rato.

Mi Lexis boy viene este fds, con un abrazo y un beso se me quitan los males del aislamiento social.

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JF


PD: Tuviera a uno de esos dos gringos en frente mio los ordeño y los dejo secos como momia egipcia.